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Puerto de Tortuga
Si el embarcadero de Port Royal era caótico es porque no imaginabas que el barullo de Tortuga fuera posible. Nadie vigila los barcos. Cada uno amarra donde le viene en gana. El estado de los muelles es deplorable. Cuesta creer que esta isla maneje tales cantidades de oro.
Entre todos los barcos amarrados distinguís uno muy especial, El Peregrino os espera por si necesitáis volver a surcar las olas del océano.
Aunque todavía no tiene sentido subir al barco.
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